sábado, 18 de mayo de 2013

A veces dudo...



Desde que mi hija llegó a este mundo, siempre he tenido muy claro lo que quería para ella, con respecto a su manera de crecer, de aprender, de criarse... Está claro que toda madre o padre es algo que tienen siempre muy en cuenta, y que cada uno hace las cosas a su manera en casa, como sabe, como cree que es mejor, como le han enseñado o han visto en su propia familia, pero en concreto yo, no quería que repitiéramos con la peque, ciertos patrones que yo he vivido en mi propia familia.

Desde que nació ella ha dormido con nosotros, ha tomado teta a demanda, ha explorado el mundo cómo ha querido, siempre y cuando no estuviera en riesgo su integridad física, por supuesto, hemos intentado ir poniéndole los límites a medida que veíamos que iba madurando, y siempre hemos acudido a su lado en el momento que ha soltado la primera queja. Nunca la hemos dejado llorar en soledad, ni hemos dado por hecho que nos quería tomar el pelo con sus reclamaciones.

Nuestra pequeña tiene 32 meses, es una niña muy, pero que muy comunicativa, no puede estarse callada ni quieta, casi ni un momento, y constantemente quiere hacer todo ella sola, aunque, como es lógico no puede. Ante desconocidos no suele reaccionar con desconfianza y entabla amistad con todo aquel adulto o niño que le hace algo de caso y le sigue el juego. Le encantan los perros y siempre que vemos uno le pregunta a su dueño/a si lo puede acariciar, antes de tocarlo (es algo que yo siempre le he recalcado, aunque ella siempre ha sido bastante cauta al respecto, pero sin tener miedo). Es algo testaruda, pero me doy cuenta que a medida que va creciendo cada vez entiende más las cosas y me hace mas caso, con lo cual nuestro día a día se hace cada vez mas llevadero para los tres. Pero me alegra decir que nunca la obligo a hacer nada que ella no quiera, y que siempre la intento convencer de las cosas explicándoselas. Cuando era más pequeña, era más complicado, y a veces cuando teníamos que hacer algo que ella no quería todo era un drama, porque terminaba llorando y me hacía sentirme la peor madre del mundo. Esas rabietas han estado presentes en nuestra rutina diaria hasta hace poco, y me preocupaban mucho, pero de un tiempo a esta parte me estoy percatando de que ya no aparecen con tanta frecuencia, y eso me lleva de alegría.

Creo que como toda madre a veces dudo de si lo estamos haciendo bien con nuestra hija, y a veces me da la sensación de que la respuesta es positiva, pero también es cierto que a veces no lo tengo tan claro. Si alguien ha leído este post hasta aquí pensará que soy una de esas madres (que las hay), tranquilas y pacientes con sus retoños, pero lo cierto es que no.  Como digo, intento que todo sea así, amor incondicional, largas y pacientes explicaciones, mantener la calma cuando las explicaciones no funcionan, y saber en todo momento cómo reaccionar, pero la verdad es que también pierdo la calma y me enfado, y por supuesto, luego me arrepiento. Sé que soy humana, que no puedo ser perfecta, que a veces pongo a mi hija delante de la tele o del ordenador para que vea dibujos y así poder descansar de ella (esto es algo que me hace sentir fatal), que a veces prefiero ir a los sitios sin ella, que a veces me gustaría que su padre y yo pudiéramos tener más intimidad... Y por todo ello dudo también y me siento culpable...

Creo que todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, creo que es imposible ser siempre una balsa de aceite (aunque a veces me gustaría), creo que a todo lo ya expuesto habría que sumarle muchas más circunstancias de nuestra vida que hacen que todo no sea tan idílico como a mí me gustaría, pero aun teniendo todas estas escusas, seguiré intentando ser mejor madre cada día y teniendo muy presente lo que no quiero para mi hija, lo que no quiero que recuerde de su infancia.

¿Y tú, tienes dudas???

 



martes, 14 de mayo de 2013

La "rotura de la bolsa" significa parto inminente? Día de Colaboraciones.




Cuando yo estaba embarazada fue una de las preguntas que me hice en la etapa final del mismo. Era algo que no tenía claro del todo, igual que tampoco sabía con certeza cómo sería el momento en que se desencadenara el parto en sí. Ahora echando la vista atrás siento que ignoraba muchas cosas a cerca del tema y me arrepiento muchísimo de no haber contado con mas información al respecto. Debido a cómo fue mi parto, a posteriori, he ido recopilando gran cantidad de información que me parece muy interesante, y que pienso que toda embarazada debería saber, ya que creo que a veces no somos conscientes, y me incluyo, de lo maravilloso, importante y único, que es el proceso del parto, y que debe ser considerado como tal. A mi modo de ver las cosas creo que, deberíamos tener claros, por lo menos, algunos puntos básicos.

La "rotura de la bolsa", pues, es uno de esos puntos básicos, a cerca del cual no se sabe con certeza, o la información es a veces algo confusa o errónea. Es muy frecuente pensar que cuando se "rompe la bolsa" o se "rompen aguas", el parto se producirá de manera inminente, pero la verdad es que no es así. También es importante resaltar que no es lo mismo una "rotura" que una "fisura" de la bolsa, y que tampoco es igual que se rompa de forma espontánea o natural a que sea una maniobra (como es en muchos casos denominada "maniobra amniotomía"), realizada por la matrona o el obstetra. Es mas, para que se desencadene el parto no es necesario, ni tan siquiera, que se rompa la bolsa, ya que hay niños que nacen con la bolsa intacta, aunque no es lo mas habitual.

Cuando se "rompen aguas" lo primero que se le dice a una embarazada es que si son aguas de color claro, no es necesario ir al hospital al momento, puede asearse un poco y preparar sus cosas, antes de acudir al centro, e incluso esperar en casa hasta que las contracciones comiencen (si todavía no han empezado), pero si son de color oscuro, verdoso, o con sangre, hay que ir en seguida. Al margen de esto, si son "aguas limpias", se suele decir que si el parto no se desencadena por sí solo en 12-24 horas, ha de ser inducido (mediante oxitocina sintética), por peligro de infección tanto para la madre, como para el feto, pero lo cierto, es que hay estudios que indican que esto no es del todo cierto. Los motivos que se dan para inducir el parto, como digo, es el riesgo de infección, pero este riesgo viene dado, según otros estudios sobre este tema, por el número de tactos vaginales que se le practican a la embarazada desde el momento en que rompe aguas, y no por el hecho de haberlas roto. Yo creo que es bastante obvio, que si la bolsa está rota e introducimos los dedos o instrumentos por la vagina de la embarazada, esto puede hacer que se arrastren bacterias hacia su interior.

El Inglaterra, lo normal es esperar hasta 72 horas sin realizar ningún tacto, y dejar que  la propia embarazada siga su proceso de forma natural, antes de inducirlo de forma artificial. La OMS “aconseja una política de observación sin práctica de exámenes vaginales ni antibióticos, durante las primeras 48 horas después de la ruptura de membrana”. Pero el protocolo en la mayoría de los hospitales españoles no suele ser este y se induce a las 12-24 horas por una simple cuestión de tiempo. De cualquier modo, debemos tener claro que si no estamos de acuerdo en que se nos induzca el parto con oxitocina sintética, mientras no surjan complicaciones, podemos pedir que se espere, pero en esas situaciones casi nadie se para a pensar en lo que supone la diferencia de tener un parto natural a que sea inducido mediante oxitocina sintética (es muy diferente y la inducción implica riesgos), y la gran mayoría de las embarazadas, sobre todo las primerizas, se dejan llevar por lo que les dice el cuerpo médico. Llegado este punto he creído interesante dejaros un enlace de una Guía del plan de parto, que he encontrado en Bebés y Más.

Por último deciros que mucha de esta información ha sido sacada de la ya mencionada Bebés y Más y de El Parto es nuestro, y que espero que os haya parecido interesante.